La comunicación que se estable entre la superficie y el interior de la tierra, se hace a través de los volcanes. Estas aberturas, que muchas veces tienen forma de cono o de montaña, cada cierto periodo de tiempo, liberan energía a través de lo que se conoce como erupciones volcánicas, estas liberan de lo más profundo de la tierra, gases, cenizas, humo y roca fundida o más vulgarmente conocida como lava.
Sabiendo que son los volcanes nos preguntamos ¿Dónde y cómo se forman?
Los volcanes se forman, generalmente en los bordes de las placas tectónicas, tanto en los bordes convergentes, como también en los divergentes. Muchos volcanes también se originan fuera de los bordes, en lugares donde el magma asciende desde la parte inferior al manto, estas zonas se las denomina puntos calientes.
Volcanes de origen divergente
Estos volcanes se forman en aquellas zonas donde las placas tectónicas divergen, se separan una de las otras generando un debilitamiento en la zona, por donde emerge el maga, el cual es impulsado por las corrientes de convección que se dan en el manto.
Volcanes de origen Convergentes
En estas zonas una placa subduce, se “hunde” debajo de otra, dirigiéndose hacia el manto superior, una vez alcanzada una profundidad la placa subducida se comienza a fundir, formando así el magma; este asciende a la superficie impulsado por las altas presiones que se encuentran en el manto, siendo expulsadas por fisuras.
Volcanes en puntos calientes
Las corrientes convectivas del manto generan “plumas de magma” que cuando llegan a la superficie dan lugar a volcanes de carácter basáltico. Estos puntos calientes se mantienen activos durante millones de años, generando así muchas veces cadenas de volcanes. Algunos ejemplos son la isla de Hawái (Estados Unidos) e Islandia.